
La belleza del dolor
Tiempo de lectura: < 1 minutoLa belleza del dolor radica en que es parte del vivir. Nos empobrecemos al tratar de evitarlo. La vida se vuelve miserable cuando se desea la felicidad por encima de todas las cosas. Como cuando esperas no envejecer y criticas tus arrugas frente al espejo maldiciendote.
En el vedanta advaita dicen: estás viviendo media vida, y es una vida lamentable, buscando apegarte a lo que te gusta y buscando evitar lo que te desagrada. Cuando en realidad todo forma parte de esta vida. Mientras la aceptación no sea total, siempre habrá sufrimiento.
La aceptación del dolor y de todo lo inherente a la vida, es el inicio de cualquier camino espiritual, no su evitación.
El budismo, el cristianismo y el sufismo (o Nietzsche, Sartre o Camús), enseñan que el dolor es una parte inevitable de la existencia humana. Y que sin aceptar esto no hay encuentro con uno mismo, ni con el otro, ni con dios. Que es aceptando esta realidad, que puede darse el camino hacia una realización que es la profunda comprensión de la naturaleza de nuestra existencia.
Por eso, preguntémonos, si estamos haciendo terapia, formándonos, meditando, escuchando podcasts y viendo charlas, haciendo cursos o retiros, para evitar el dolor o para aceptarlo. Si estamos en un proceso evitativo, infantilizándonos, buscando un estadio donde el dolor quede desterrado, o si estamos reconociendo que es parte del vivir.
¿Puedo amar a mis hijos plenamente si no me abro a perderles cuando inician su camino? ¿Puedo amar plenamente a mi mujer o mi marido si no acepto que puede dejar de quererme como pareja en algún momento? ¿Puedo amarme a mi mismo sin aceptar que mi paso por este mundo es breve y sencillo? ¿Puedo amar sin aceptar el dolor de la pérdida que el amar conlleva?