Son tiempos que piden templanza
Tiempo de lectura: 2 minutosSon tiempos para la templanza y la firmeza. Para sostener y caminar acompasando cabeza, corazon e instinto. Son tiempos que exigen flexibilidad, soltar preceptos e ideas fijas, pues todas ellas estarán contaminadas. Es momento de huir de las prisas y el sensacionalismo, del miedo y del prejuicio. Son tiempos que exigen la madurez de todos. No vale ya con deponer la responsabilidad en unos pocos cada 4 años. No son tiempos de seguir pidiendo a unos padres de fuera que nos dejen seguir siendo niños irresponsables con la unica posibilidad de la queja en el bar y en las redes. Son tiempos de retomar el poder, la autoconciencia y autodeterminación. Son tiempos de generosidad, de colaboracionismo, de cooperativismo. Son tiempos de escucha, de volver a los maestros, de aprender de quienes llevan años arremangados y con callos en las manos. De dejar de creernos que sabemos algo por leer dos titulares rapidos en Facebook. Son momentos de coherencia. Son tiempos largos que requieren de paciencia, compasion y simplicidad, como dijo el maestro Lao-Tse hace 2600 años y de quien el maestro Zen Rafael Redondo Barba recordaba recientemente un poema suyo del Tao Te King:
Un caudillo sabio nunca es belicoso. Un guerrero
sabio nunca se enfurece. Quien sabe vencer al
enemigo no ataca. Quien ha vencido se detiene. Esta
persona no se permite ejercer violencia sobre el enemigo
derrotado. Después de obtener la victoria, no
se enaltece. Vence y no se siente orgullosa de esto.
A tal persona no le gusta hacer la guerra. Vence sólo
porque le fuerzan a pelear. Y a pesar de que vence,
no es belicosa.
Lao-Tse, poema extraído del Tao-Te-King
Y mientras escribo todo esto, me doy cuenta, cuánto habla de mi esto que comparto, de mi momento actual, y veo que proyecto mi realidad interna. Yo necesito templanza en este momento, firmeza, serenidad, sostener firme las riendas del ego que aprieta con intensidad en estos días. Son días de tomar refugio en lo aprendido, en quienes confío y rendirme, pues mis ideas están contaminadas, lo que me enfada no es real y lo que temo es lo que anhelo. Es momento de seguir creando en mi lo que necesito y dejar la exigencia a un lado. Es momento de ser más generoso con los otros y que esa generosidad no pasa por darles más cosas (eso ya lo hago) sino por darme más a los otros y no esconderme detrás de lo que doy. Son tiempos en los que necesito especial compasión, paciencia y simplicidad conmigo mismo.
Me voy dando cuenta que no hay «dentro y fuera», que todo es «uno».