Conciencia del Otro
Tiempo de lectura: 2 minutosDice la antropóloga Noemi Villaverde: «Lo humano emerge de la conciencia del Otro. Sin en Otro no existe el Yo. «Mtu ni mtu kati ya watu» dicen en el idioma swahili del continente africano, que significa «la persona es persona en relación con las personas». Es decir «una persona es comunidad».
Por eso una percepción del yo aislada de la comunidad, de la red de relaciones que somos es una distorsión. A esta distorsión le damos el nombre de ego.
Ego significa yo, pero es un «yo sin ti» (lo que da origen a multitud de sufrimientos varios). Ese yo es un «no tú» y quizá nuestro trabajo como terapeutas y viajeros no es en orientarnos hacia un perfeccionamiento o desarrollo del yo (como con frecuencia se orientan de forma equivocada, a mi entender, algunos procesos de terapia y formación) sino a un volver a lo colectivo, donde el yo deriva de un «gracias a ti que soy».
Hay aspectos de eso que llamamos ego, carácter, neurosis, enajenación del yo, olvido de si, oscurecimiento óntico, o cualquier nombre que solamos darle, varían según la cultura donde crecemos. En occidente se ha insistido en especial en un Yo por encima de la comunidad. Y con frecuencia, el sentido de ambos conceptos se ha pervertido y desdibujado.
Sigue la autora: «Por eso sabemos que la colaboración es la mejor técnica que tenemos para salir adelante. El patrón de comportamiento más común en todos los organismos vivos, desde las células a los organismos pluricelulares es la cooperación.»
Explica cuánta energía hay, por ejemplo, dispuesta a aprender cómo piensan los demás. Y que no lo hacemos por una cuestión de vanidad o dependencia como pueda acabar derivando algún patrón de comportamiento egoico, sino porque esa sabiduría con la que venimos equipados al nacer nos hace saber que sólos no sólo no podemos sino que ni siquiera somos.
Imagen de Keith Dotson
Texto: «Una antropóloga en la luna» de Noemi Villaverde