
Si el terapeuta no se implica, política y socialmente, descuida al paciente
Tiempo de lectura: < 1 minutoEs importante que todo paciente y todo terapeuta conozca que la implicación social y política es fundamental y necesaria.
La Terapia Gestalt entiende que la experiencia humana es inseparable de su contexto social. Por lo tanto, el terapeuta no solo se centra en el individuo, sino que considera el impacto de los sistemas sociales, culturales y políticos en el sufrimiento humano.
Esto implica una responsabilidad política de concienciar sobre las dinámicas de opresión, desigualdad o injusticia. El terapeuta tiene el deber de fomentar la responsabilidad social en sus clientes, ayudándolos a reconocer cómo sus acciones afectan a los demás y al entorno. Su trabajo implica facilitar la conciencia de la interdependencia entre las personas y su papel en la transformación social.
Y también participar activamente del desarrollo social, ya que no hay persona sin su contexto. Cuando esta responsabilidad del terapeuta gestáltico, del psicoanalista o del psicólogo humanista se ignora, la terapia se convierte en entretenimiento, generando un mayor aislamiento, creando guetos, ecosistemas ficticios en los que refugiarse de un mundo que por la dificultad que entraña, acaba siendo rechazado aniñándonos y fomentando el individualismo, en lugar de aprender a cómo participar de él con madurez.