Recursión
Tiempo de lectura: 2 minutosPasar de la repetición a la recursión. Esto es ir un poco más allá en la propuesta gestáltica de, ante una situación, ofrecer una respuesta en lugar de una reacción.
La reacción es actuar con un patrón conocido. Este aparece como un resorte, es un loro que repite una y otra vez la misma frase sin necesidad siquiera de comprender bien eso que está diciendo.
Ofrecer una respuesta implica estar en la relación, surge de la misma relación y se vehícula desde la presencia a través de lo creativo. Algo se crea ahí. Que ninguna de las partes sabe con anterioridad qué es.
Carmen Cordero lo nombra desde lo biológico, y dice que somos sistemas productivos. Pasar de la repetición hacia lo recursivo, es el camino para retomar la coherencia de eso que somos (un sistema biológico), en lugar de actuar desde una interpretación de una foto fija, desactualizada y aislada, que corresponde a lo que aprendimos y no a lo que ocurre. Esto no es fácil, ni común, ni se nos enseña. Más bien al contrario, se nos empuja a lo predecible.
Actuar en coherencia, es coherencia con nuestra realidad biológica, es lo que soporta vida, y asegura la continuidad de desarrollo del sistema que somos y de los sistemas con los que nos relacionamos.
Dar ese paso es necesario no sólo como individuos, sino como especie. Y creo que ese es el fin del trabajo terapéutico: pasar de la foto fija y limitada, a la multiplicidad de aspectos en continuo movimiento, dentro de un sistema colaborativo.
Esto es algo que dista mucho de la idea de «llegar» a algún sitio, a algún lugar, donde por fin todo esté hecho y resuelto. Esto es algo que me enseñaron y que yo quise creer.
Esa idea forma parte de ese marco rígido, distorsionado, desactualizada. Que poco tiene que ver con lo que hay. Forma parte de un anhelo infantil de volver a un vientre materno a vivir una experiencia que nunca existió en realidad.
Este paso implica un duelo profundo y un cambio de paradigma que afecta a todos los niveles. Así lo voy entendiendo yo.