El apoyo entre hombres
Hombres en Movimiento.
La sesión empezó con un espacio para escucharnos. Cada quien compartió su momento. Me pareció que era un momento donde hubo mucha apertura. Hombres que acaban de conocerse compartían (compartíamos) momentos de nuestra vida muy íntimos. Alguien dijo «me siento muy cerca de vosotros sin apenas conoceros/. Siempre he sentido que los hombres no podíamos expresarnos así, con estas emociones, con ternura y eso me causaba rechazo hacia los hombres y también había mí».
El apoyo. Como hombres necesitamos apoyo. Apoyarnos. Buscar un apoyo firme. No es firme lo impostado. No es firme lo desconectado. Podemos apoyarnos en la respiración, en la dignidad, en el propio descanso. En la fuerza. En el propio grupo/matriz. En la autenticidad. En la compasión… Pero venimos de donde venimos. Con un estrés difícil de cuantificar por lo normalizado que está. Y todas esas cuestiones no son fáciles. Por el estrés y porque culturalmente son desconocidas. La educación física en la escuela, la que yo recibí, estaba lejos de la conciencia corporal. Lejos de permitir conectar. Pero sí podemos experimentar descanso en el suelo, por ejemplo. Como símbolo de la tierra. Apoyarnos en la pared. Apoyarnos en en hombro del otro. Ese otro hombre que, de forma noble y sencilla, nos puede brindar apoyo. Y acercarse de hombre a hombre, de cansancio a cansancio, de vulnerabilidad a vulnerabilidad, de fuerza a fuerza, de igual a igual, es sanador. Y cuando eso ocurre, todo es más fácil. El límite se hace más claro. Y la ternura también. En eso estamos en estos primeros compases.