El miedo insconsciente al amor
Tiempo de lectura: 2 minutosTodos tenemos heridas que necesitan ser atendidas. Hemos desarrollado formas mas o menos sofisticadas de evitarlas. Son heridas principalmente producidas en el desamor de la infancia, y que han quedado en el inconsciente. El amor, aunque es lo que más deseamos, porque nos sana, es también lo que más tememos, porque fue en las relaciones amorosas más profundas, con los padres, donde se produjeron las heridas más nucleares. Y como no hemos aprendido a curarnos lo que más tememos es que se repitan. Este temor no es consciente, pero lo podemos ver en las numerosas pruebas que ponemos en las relaciones o los sacrificios que estamos dispuestos a hacer por asegurar la aceptación del otro.
Para muchas personas, ante el miedo a ser heridas, es más probable que elijan relaciones sin futuro o de perfil bajo porque, de modo inconsciente, la entrega no será completa y una parte de su corazón seguirá «a salvo». Enamorarse de alguien con pareja, que tema el compromiso, que sea distante o… suele ser habitual para quien teme encontrarse de frente con un otro disponible, porque ahí afloran los miedos pendientes. Aunque anhele un amor profundo y correspondido lo buscara allá donde no pueda darse, una parte de si misma esquivará esas relaciones y buscará, sin darse cuenta, a quien no lo esté.
La sociedad actual permite esos niveles de distracción como nunca antes, favorece el capricho, el egoísmo y la confusión. Y es lógico, por tanto, que haya un mayor conflicto en las relaciones. Los estudios recientes confirman que cuanto más implicación hay en redes sociales más ansiedad y soledad siente la persona. La herida, mientras no se atienda, crece. No importa el tiempo que pase porque para el inconsciente el tiempo no existe. Ciertamente lo que se teme no es el amor, sino repetir la herida, por eso amar no es fácil, sino un acto de valentía al que se llega con trabajo y mucho cuidado para que la relación sea libre en lugar de un marco de exigencia mutua.
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