Cuánto cuesta apartarte!

Lo cotidiano… Formas, huecos, espacios minúsculos, texturas, pequeños ruidos y olores… Son como fantasmas que pasan desparecidos. Ocultos por una mente que busca lo grande, lo dulce, lo «estético». Una mente que aparta continuamente, discrimina, juzga, arbitra, y anhela.
«Vivir media vida» lo llaman los maestros del vedanta. Así observo la realidad, detrás de la careta del juez. Y qué pasaría si de pronto empiezo a incluir todo aquello que rechazo en mi paisaje? Qué qué ocurriría? Acaso no sería más rica mi mirada? no se calmaria mi juicio? Acaso cuando observo un paisaje natural me quejo de que la curva de la montaña no es suficientemente pronunciada o pienso que le faltan nubes o que el mar no tiene el tono suficientemente turquesa o…
Entonces porqué si lo hago contigo? Callado y en secreto a veces, con comentarios y regalos otras, pero te juzgo, te busco cambiar y espero que lo hagas. Y lo siento, ahora que me doy cuenta quiero verte como un paisaje, tan perfecto que cabe todo, tu mierda y tu luz. Quiero descansar en ti, sin más. Porque estoy cansado. No me daba cuenta cuánto cuesta apartarte de mi lado, cuánto cuesta evitar el amor, ni cuánto le temía.