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Creciendo demasiado rápido; niñas «influencers» en Instagram

Tiempo de lectura: 2 minutos

Estamos permitiendo que los niños crezcan demasiado rápido. Demasiadas tareas, demasiada soledad, demasiados caprichos que no pueden gestionar de ninguna forma. Es un abuso robarles el reino del juego. Demasiados pocos límites. Demasiados miedos. Demasiada tv, ordenador, móvil o consola. Demasiado Pokemon o el rollo que sea ahora. Es violencia crecer demasiado rápido. Pero a la sociedad de consumo le parece bien. Asi consumen antes y más.
Ayer estuve viendo en Instagram cuentas de lo que ahora llaman «influencers». Eran en su mayoría niñas y chicas jóvenes de pocos, muy pocos años, con tantos seguidores como habitabtes tiene españa. Algunas duplicaban y casi triplicaban esa cifra. La mayoria con facciones similares, de cuerpos muy delgados (en exceso), ojos grandes, rostro aniñado y expresión vacía unas o de sonrisa complaciente otras. Mostraban lujo y vanidad. No se dedicaban a nada más, mas que a vestir y mostrar que son muy felices. No hablo de modelos. Son gente de la calle que se empezó a hacer fotos y las marcas vieron un nicho ahi. Las niñas se identificaban mas con ellas que con modelos y accedían por un canal de intimidad. Fotos y algunos vídeos acompañados de mensajes extraídos, como mucho, de Mr.Wonderful para que parezca que todo eso tiene algo de alma. Y es que también está de moda parecer que la sabiduría de la vida llega con el lujo.
Hablan de aceptación, de autoestima y de amor profundo niñas hipermaquilladas, seductoras compulsivas, dependientes de miradas y followers. Niñas que crecieron demasiado rápido seguidas por millones de niñas (en su inmensa mayoria) que quieren crecer también demasiado rápido. No les queda otra frente al abandono de los padres. Millones de fans de lo superficial, de lo vacío, de lo grotescamente hueco, con mensajes, posturas y formas siempre sexualizadas. Cosifican el cuerpo con la esperanza de recibir aceptación. Mirar hacia un mundo superficial y desconectado donde parece que ahí todo está bien.
No en vano esta es la generación que han crecido más solos y la que, al mismo tiempo, más estímulos tienen a su alrededor. Estamos perdiendo a esos niños. Las consecuencia es una proxima generación de tiranos, déspotas, de sumisos y nihilistas.
Es por eso que en estos tiempos, el tiempo y la presencia son, a mi entender, lo que más puede sanarnos. Tiempo. Tiempo. Tiempo. No cosas, cosas, cosas. Tiempo. Y, por tanto, atreverse a parar. Cuando paramos nos alcanza lo pendiente. Lo que escondemos bajo la alfombra, pero que está. Y sabemos que aquello que no se nombre no se sana.
Luis Fernando Cámara, médico y psicoterapeuta, director del Instituto Hoffman en España comenta: «En realidad parece que atendemos a los niños en esta sociedad pero adultos que están separados de su niño interior solo pueden promocionar niños cada vez más alejados de su ser, estimulados y dirigidos por adultos perdidos.»

  • Imagen de Pawel Kucynszi
Manuel Cuesta Duarte manuelcuesta@paziencia.com

Manuel Cuesta, soy terapeuta gestalt con consulta en Granollers y online. Dirijo Paziencia desde 2010. Ofrezco acompañamiento en terapia individual y de pareja, dirijo grupos de supervisión para terapeutas y grupos de terapia. Colaborador de Cherif Chalakani desde hace 14 años. He sido docente del Proceso Hoffman en España, dirigido grupos de hombres en movimiento y colaborado con diferentes escuelas de formación Gestalt y corporal.

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