Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipi Suspend isse ultrices hendrerit nunc vitae vel a sodales. Ac lectus vel risus suscipit venenatis.

Amazing home presentations Creating and building brands

Projects Gallery

Buscar

Sobre la importancia de denunciar los malos tratos

Tiempo de lectura: 4 minutos


En mi consulta he tenido pacientes que durante años han permitido un maltrato fisico y/o psicológico de sus parejas. Muchas son mujeres que, conociéndolas de forma individual, sería dificil imaginar que en el interior de sus casas están soportando situaciones de agresión, violencia y desprecio diariamente. Son, en la mayoria de los casos que he tratado, mujeres cultas, con estudios, fuertes, con capacidad de amar, inteligentes, atractivas, con capacidad de actuar con claridad ante la mayoría de situaciones cotidianas, incluso por encima de la media. ¿Qué les lleva entonces a actuar de esa forma, a dejarse someter, perder su dignidad y su orgullo e incluso a someterse ante maltrato fisico?
No sólo son mujeres, sino tambien niños, niñas y adolescentes quienes sufren el maltrato. Los medios de comunicación aún no han dado la voz de alarma sobre este tema, y permanece todavía a la sombra. Los maltratadores adultos son en un altísimo porcentaje, niños que recibieron malos tratos de sus padres y muchas de las personas que se dejan recibir situaciones de violencia y humillación son personas que sufrieron en su infancia la desprotección ante situaciones de gran violencia emocional, psicológica y/o física.
Aún con todo esto, ¿cómo es posible que de adultos, siendo conscientes de estos actos, lo sigan permitiendo?. El maltratador siente el dolor y la culpa cuando maltrata, una culpa que le devora por dentro al golpear a la persona que ama. La persona que recibe los malos tratos, continua ahí, disculpándo al otro y esperando que algun día cambie. ¿Porqué?
Nosotros tenemos, lo que llamamos en psicologia humanista y transpersonal, una triada interior. Es decir, un padre, una madre y un niño interiores. Una trinidad sagrada que se va desarrollando desde niños a medida que nuestra observacion y aprendizaje en la infancia se va desarrollando nutrimos con las experiencias de contacto con el padre, la madre, y las relaciones interpersonales. Aprendemos las conductas del hombre cuando miramos a nuestro padre, las de la mujer cuando miramos a nuestra adre, las del amor cuando vemos como nuestros padres se relacionan entre ellos.
Cuando el niño sufre durante la infancia situaciones de violencia por parte de sus progenitores, ese niño queda gravemente herido y desprotegido. Si no recibe la atención y el cuidado necesario la herida quedará y tendrá un desarrollo según diferentes variantes. En algunos casos, ese niño herido queda tapado por el caracter que busca protegeerle ante proximas situaciones de riesgo. Y no hay para ese niño mayor situación de riesgo que en el momento de amar, porque fue amando donde recibió esa herida.
Así que para estas personas, mientras que por un lado sufren el anhelo de amar y ser queridas por encima de todas las cosas, pues sienten en su interior que fueron rechazadas, por otro lado viven el momento de intimidad en el amor de la pareja como un momento de violencia y dolor. Como hombre atacará y golpeará, como mujer se someterá. Porque en esos momentos, es el niño interior herido quien está actuando. El dolor psicológico es demasiado alto y la razón queda desbordada.
En muchos casos, ni si quiera estas personas son conscientes de haber recibido malos tratos de niños, pues para ellos se convirtió en algo natural. Y, por encima de todo, el niño que ama a sus padres con un amor incondicional, siempre justificará los actos de sus padres. Así aprenderá a amar y a ser querido de forma tóxica. Si hubo violencia, amará violentamente sea esa violencia proyectada hacia fuera o hacia uno mismo.
Algunas mujeres transforman la violencia vivida en sensualidad y seducción. Es su forma de sobreponerse al abuso del hombre, a conquistarlo con las herramientas de las que dispone e intentar canalizar su herida.
Existe un momento que yo considero parte del inicio del proceso de sanación para el paciente, es cuando decide denunciar los malos tratos recibidos. En ese momento hay un cambio. La mujer, que era conducida inconscientemente por su niña interior a someterse a la violencia, ahora es ella la que acoge a su niña herida y la protege. Toma el mando. Pero, ante todo, se dignifica. Es el inicio, pues pone limites a la humillación. En muchas ocasiones se sentirá culpable y el miedo estará muy presente. Pero es un camino sin retorno si está dentro de un proceso terapeutico y se siente apoyada. Lo mismo para el hombre, el adolescente o los niños y niñas que no sólo reciben los malos tratos de los padres, sino que sienten aún mayor desprotección y desconcierto ante el habitual silencio de los familiares cercanos.
La importancia de, llegado el momento, denunciar los malos tratos ante los organismos policiales y de protección, radica especialmente en que en ese momento el adulto toma el mando y el niño o la niña interiores pueden empezar a descansar, pues hatas ese momento, aunque hubiese habido quien se preocupase de ellos, sólo uno mismo puede darse el amor que necesita. Es un paso que dignifica y reconoce el dolor sufrido que permanecía ciego hasta ese momento.
El maltratador que consigue ver a su niño herido y lo abraza, comprende entonces todo su dolor, del que hasta ahora era inconsciente, y tambien es capaz de sentir todo el dolor que había causado. Es un momento duro, frágil y de gran reparación. Cuando además hace público y denuncia ante su familia su historia o las personas que esten dispuestas a apoyarle lo vivido, muy probablemente los malos tratos dejaran de estar presentes en su vida.
Porque dando ese paso uno está reconociéndose a si mismo que lo vivido no es normal, que los malos tratos, la violencia recibida o ejercida, no es normal. Se reconoce a si mismo que ni la venganza ni actuar de forma violenta contra el agresor o someterse dignifica ni repara salvo en los momentos en los que por motivo de defensa propia haya que actuar con contundencia.
Hay muchos niños heridos haciendo papeles de adultos. Buscando fuera un amor y una reparación de una herida y una soledad que sólo han provocado desconfianza en el amor y el mundo. Todos ellos están esperando tu propio abrazo.

Manuel Cuesta Duarte manuelcuesta@paziencia.com

Manuel Cuesta, soy terapeuta gestalt con consulta en Granollers y online. Dirijo Paziencia desde 2010. Ofrezco acompañamiento en terapia individual y de pareja, dirijo grupos de supervisión para terapeutas y grupos de terapia. Colaborador de Cherif Chalakani desde hace 14 años. He sido docente del Proceso Hoffman en España, dirigido grupos de hombres en movimiento y colaborado con diferentes escuelas de formación Gestalt y corporal.

Próximos eventos

¡No hay eventos!